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7 marzo, 2024 in-pacient.es via American Academy of Neurology

Los anticuerpos monoclonales utilizados para el tratamiento de la esclerosis múltiple (EM), administrados durante la lactancia, no tienen por qué afectar al desarrollo del niño durante los tres primeros años de vida, según un estudio preliminar que se presentará en la 76ª Reunión Anual de la Academia Americana de Neurología. El estudio examinó cuatro anticuerpos monoclonales para la EM: natalizumab, ocrelizumab, rituximab y ofatumumab.

La EM es una enfermedad en la que el sistema inmunitario del organismo ataca la mielina, la sustancia blanca grasa que aísla y protege los nervios. Los síntomas pueden incluir fatiga, entumecimiento, hormigueo o dificultad para caminar.

«La mayoría de los anticuerpos monoclonales para la esclerosis múltiple no están aprobados actualmente para su uso durante la lactancia», explica la doctora Kerstin Hellwig, autora del estudio, de la Universidad Ruhr de Bochum (Alemania). «Sin embargo, la EM puede desarrollarse durante los años de lactancia. Dado que el riesgo de recaídas de EM aumenta después de dar a luz, algunas madres pueden necesitar o querer reiniciar estas terapias, por lo que es importante determinar si estos medicamentos, a través de la leche materna, tienen un impacto negativo en el desarrollo del niño.»

Para el estudio, los investigadores utilizaron el Registro Alemán de EM y Embarazo para identificar a 183 niños nacidos de madres que tomaban anticuerpos monoclonales durante la lactancia. De este grupo, 180 tenían madres con EM y tres tenían madres con enfermedad del espectro de la neuromielitis óptica. Esta enfermedad también es desmielinizante, pero es poco frecuente y afecta específicamente al nervio óptico, la médula espinal o el cerebro.

Los lactantes se compararon con otros 183, emparejados por exposición a medicamentos para la EM poco antes o durante el embarazo, nacidos de madres con las mismas enfermedades que no tomaron anticuerpos monoclonales durante la lactancia.

De los expuestos a medicamentos para la EM, 125 lo estuvieron a natalizumab, 34 a ocrelizumab, 11 a rituximab y 10 a ofatumumab. Dos lactantes fueron expuestos primero a natalizumab y después a ocrelizumab. Un lactante estuvo expuesto a rituximab y después a ocrelizumab.

Las primeras exposiciones a los medicamentos a través de la lactancia materna oscilaron entre el día del nacimiento y el noveno mes de vida. Los lactantes fueron amamantados durante una media de cinco meses y medio mientras sus madres tomaban estos medicamentos.

Para todos los lactantes, los investigadores examinaron el número de estancias hospitalarias, el consumo de antibióticos, los retrasos en el desarrollo, como problemas con las habilidades sociales y motoras finas y retraso en el desarrollo del habla, y el peso de los lactantes en las visitas de seguimiento durante los tres primeros años de vida.

Tras comparar a los lactantes expuestos a los medicamentos con los no expuestos, los investigadores no hallaron diferencias en su salud o desarrollo.

«Nuestros datos muestran que los lactantes expuestos a estos medicamentos a través de la lactancia materna no experimentaron efectos negativos sobre la salud o el desarrollo durante los tres primeros años de vida», afirmó Hellwig.

Una limitación del estudio fue que sólo un tercio de los lactantes fueron seguidos durante los tres años. Por tanto, según Hellwig, los resultados del tercer año de vida son menos significativos que los de los años uno y dos.

Witt L, Thiel S, Gold R, Hellwig K. Child development after exposure to monoclonal antibodies during breastfeeding. AAN 76th annual meeting abstract 2024. 

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