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Un estudio de reciente publicación en International Journal of MS Care ha tratado de objetivar los beneficios reales de la aplicación de recomendaciones de actividad física en la Esclerosis Múltiple.
La mayoría de los adultos con Esclerosis Múltiple (EM) realiza poca actividad física, por lo que diversos investigadores e instituciones han tratado de establecer pautas como herramienta para la prescripción, promoción y monitoreo del ejercicio. Como ejemplo, las Directrices canadienses de actividad física para adultos con esclerosis múltiple se publicaron en 2013. Dichas pautas establecen que para lograr beneficios de acondicionamiento físico, los adultos con EM que tienen una discapacidad leve a moderada necesitan al menos 30 minutos de actividad aeróbica de intensidad moderada 2 veces por semana y ejercicios de fortalecimiento de los principales grupos musculares 2 veces por semana. A pesar de su vigencia y aceptación, pautas como estas aún no se han refrendado con estudios que demuestren su impacto en la vida y los síntomas de las personas con EM
Los investigadores del trabajo reverenciado, llevaron a cabo el estudio en un amplio colectivo de adultos con Esclerosis Múltiple con el objetivo de evaluar la efectividad de las pautas para mejorar la condición física, la movilidad, los síntomas de fatiga y la calidad de vida.
Los participantes se asignaron al azar a un grupo de derivación médica a un programa supervisado de ejercicios siguiendo las pautas recomendadas o a un grupo de control al que únicamente proporcionaron copia impresa de las recomendaciones. El nivel alcanzado de actividad física se evaluó mediante registros de actividad física semanales. La aptitud física, la movilidad, los síntomas de fatiga y la calidad de vida se evaluaron al inicio del estudio y después de 16 semanas. Los participantes se clasificaron como adherentes a las pautas o no adherentes según el logro de las recomendaciones de ejercicio semanal al menos el 75% del tiempo.
La adherencia a los pautas fue dos veces mayor en el grupo remitido al programa en comparación con el grupo de control. Independientemente del medio para conseguirlo, los adherentes experimentaron mejoras significativamente mayores en el consumo máximo de oxígeno (29%), la fuerza (7% -18%), la movilidad (16%), los síntomas de fatiga (-36%) y la calidad de vida (17% -22%) en comparación con los no adherentes.
En conclusión, las pautas de actividad física analizadas son eficaces para inducir mejoras significativas en el estado físico, los síntomas de fatiga, la movilidad y la calidad de vida de las personas con Esclerosis Múltiple. Además, pautas como las descritas son factibles y asimilables por las personas con EM. Los médicos y los profesionales de la salud deben alentar a sus pacientes a usar este tipo de pautas como punto de partida para incorporar la actividad física en sus vidas para mejorar la condición física, los síntomas de fatiga, la movilidad y la calidad de vida asociadas a la EM.
ESCLEROSIS MULTIPLE
