Algunas terapias complementarias que se basan en la realización de movimientos, trabajo sobre la postura corporal y control de la respiración, como el yoga y el tai-chi o qi gong, están extendiéndose en la medida que pueden ser practicadas por personas de cualquier condición física y casi en cualquier sitio. Un grupo de autores ha llevado a cabo una revisión sistemática sobre sus posibles beneficios en el control de síntomas de la EPOC.
En la revisión sistemática y tras verificar más de doscientas publicaciones, los autores incluyeron 18 estudios que cumplían los requisitos mínimos de calidad para ser tenidos en cuenta. La mayor parte de estos estudios eran estudios controlados, es decir, se comparaban sus resultados sobre los obtenidos en un grupo similar de personas con EPOC y que no habían seguido la intervención con estas terapias complementarias.
Los estudios analizados variaron en duración entre las 6 semanas y los 6 meses, con una frecuencia de sesiones de 2 a 7 por semana. A continuación se resumen los principales resultados en cuanto a efectos sobre algunas medidas y síntomas de la EPOC:
- Efectos sobre la función pulmonar: La mitad de los estudios mostraron un efecto positivo sobre el volumen expiratorio forzado en un segundo (FEV1). Este efecto positivo se observa sobre todo, en los ensayos a más largo plazo. Además, todos los estudios objetivaron un efecto positivo sobre la capacidad vital.
- Efectos sobre la disnea: La mitad de los estudios mostraron diferencias significativas en este síntoma entre los grupos de tratamiento y control. En la otra mitad, a pesar de observarse diferencias en favor del tai-chi, yoga o qigong, éstas no eran estadísticamente significativas.
- Efecto positivo sobre la calidad de vida que se observó en un 60% de los trabajos, fundamentalmente aquellos en los que se recogían criterios de calidad de vida relacionados con la enfermedad.
- Efecto positivo sobre la capacidad de ejercicio: Los tests de capacidad funcional, como el test de marcha de 6 minutos, reflejaron impacto positivo de las terapias complementarias en prácticamente todos los estudios. El beneficio era mayor, de nuevo, en los estudios realizados a más largo plazo.
Los autores concluyen afirmando que esta revisión sistemática resalta el beneficio de las terapias complementarias como yoga, tai-chi o qigong sobre la función pulmonar y la capacidad de ejercicio en la EPOC. En menor medida se observa un beneficio sobre la calidad de vida. Todo ello lleva a plantear que la práctica de estas disciplinas es una opción con resultados prometedores para las personas que padecen enfermedad pulmonar.