Se ha defendido a la danza como un complemento eficaz a los tratamientos físicos convencionales o rehabilitación para las personas con enfermedad de Parkinson. Una revisión de la evidencia científica publicada hasta ahora concluye que el baile terapéutico es una forma segura, eficaz y agradable para el control de los síntomas de la enfermedad de Parkinson mejorando la calidad de vida de estas personas.
La evidencia científica reciente sugiere que la actividad física y la rehabilitación pueden aliviar los síntomas tales como la bradiquinesia (movimientos lentos), el temblor, la dificultad para mantener el equilibrio o inestabilidad postural, las alteraciones de la marcha y la rigidez. El baile es una actividad que incluye elementos tales como la estabilidad postural, el cambio o balanceo del peso corporal, la coordinación, movimientos y cambio de la postura con las piernas y la rotación del tronco, que han sido el foco de algunos ejercicios de rehabilitación.
Varios estudios han demostrado que la fisioterapia convencional tiene efectos beneficiosos a corto plazo para la marcha, la estabilidad postural, la movilidad y la calidad de vida en personas con Parkinson. Sin embargo, la rehabilitación no siempre se percibe como algo interesante y agradable y el cumplimiento de unos ejercicios de rutina puede ser un reto a largo plazo y los pacientes, con el tiempo, se cansan de acudir para hacer siempre lo mismo o seguir una rutina nada motivante.
Se ha propuesto el baile o danza terapéutica como tratamiento para optimizar la actividad física en personas con Parkinson ya que al mismo tiempo de realizar ejercicio físico, es una actividad agradable y mejora la calidad de vida, la relación social y el bienestar de estas personas.
Con el objetivo de aclarar el beneficio del baile en las personas con Parkinson, unos investigadores australianos han realizado una revisión de la evidencia científica actual.
Los investigadores revisaron 19 estudios publicados entre 1982 y 2015, y llegaron a la conclusión de que la danza había demostrado beneficios no sólo para la función corporal, el rendimiento del motor, la movilidad, el equilibrio y la gravedad de la enfermedad, sino también para la calidad de vida y función social de las personas con Parkinson.
Los autores también observaron que el baile terapéutico era factible, seguro y agradable, y tenía una mayor adherencia o mejor cumplimiento en comparación con los ejercicios de rehabilitación tradicionales. Además, no compromete a la seguridad, especialmente en las primeras etapas de la enfermedad. Sin embargo, existe poca evidencia en cuanto al nivel óptimo en términos de frecuencia, intensidad, tiempo / duración y tipos de baile.
Se necesitan más estudios bien diseñados para determinar los efectos a largo plazo de la danza terapéutica, ver el tipo de baile más efectivo y comparar la danza con otras formas o tipo de ejercicio de rehabilitación.
Aguiar, L. et al. Therapeutic Dancing for Parkinson’s Disease. Int J Gerontol. 2016; 10(2): 64–70 http://goo.gl/A2lfru