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4 enero, 2022 in-pacient.es

 

La Artritis Reumatoide es una de las enfermedades crónica inflamatorias más comunes, afecta predominantemente a las articulaciones aunque también puede presentar síntomas extraarticulares.

Sabemos que el origen de esta enfermedad es multifactorial entre los que se incluyen factores genéticos y ambientales. Entre los factores ambientales destacamos el déficit de vitamina D, agentes infecciosos, exposición a la sílice, el tabaquismo, la obesidad y cambios en el microbioma

Los síntomas característicos de la Artritis Reumatoide son: rigidez matutina, fatiga, articulaciones inflamadas y sensibles y nódulos reumatoideos debajo de la piel. Esta enfermedad tiene períodos de remisión y de exacerbación o brote. Los brotes afectan considerablemente la calidad de vida de los pacientes, lo que convierte a la Artritis Reumatoide en una enfermedad incapacitante.

El tratamiento actual de la Artritis Reumatoide se centra en el control de los síntomas y controlar la progresión de la enfermedad. Sin embargo, los pacientes recurren a terapias complementarias que ayudan a mejorar su calidad de vida.

Uno de los tratamientos no farmacológicos más utilizados en enfermedades reumatológicas es la balneoterapia o terapia spa, que se define como el uso de aguas minerales o termales, fango o inmersión en arena. Todos estos tipos de balneoterapias suelen adoptar forma de baños de todo el cuerpo o bien de la parte del cuerpo afectada.

Se han publicado los resultados de una revisión sistemática y meta-análisis de los estudios publicados hasta el momento cuyo objetivo ha sido conocer los beneficios de la balneoterapia sobre la calidad de vida de los pacientes con Artritis Reumatoide.

Los resultados obtenidos muestran que la combinación de balneoterapia con el tratamiento farmacológico mejora la calidad de vida de los pacientes con Artritis Reumatoide en comparación con aquellos que solo reciben el tratamiento farmacológico o fisioterapia estándar. Este efecto se mantuvo a corto plazo (6 meses), tanto del baño en agua mineral como la inmersión en arena o barro. Sin embargo, estos beneficios pueden no perdurar en el tiempo.

Según los resultados de esta revisión sistemática, las sesiones de balneoterapia deben tener una duración aproximada de 20 minutos y utilizar aguas minerales naturales enriquecidas con un elemento, como radón o dióxido de carbono. Cada sesión debe consistir en la inmersión de todo el cuerpo en estas aguas, sin mover el cuerpo ni realizar ningún tipo de ejercicio, a una temperatura del agua entre 35–38 ° C. Se podrían usar baños de arena caliente en lugar de aguas mineralizadas, o incluso una combinación de las mismas, ya que tanto el agua como la arena tienen efectos beneficiosos. El número total de sesiones debe ser de aproximadamente 15 y las sesiones deben realizarse en días consecutivos. El mantenimiento del tratamiento farmacológico es fundamental para que el tratamiento de balneoterapia sea eficaz.

En conclusión, la balneoterapia añadida al tratamiento farmacológico de la Artritis Reumatoide mejora  la calidad de vida de los pacientes. A pesar de este efecto beneficioso se sigue investigando ya que deberemos conocer sus efectos a largo plazo y determinar la mejor forma de balneoterapia para pacientes con Artritis Reumatoide.

Fernandez-Gonzalez M et al. Therapeutic Benefits of Balneotherapy on Quality of Life of Patients with Rheumatoid Arthritis: A Systematic Review. Int J Environ Res Public Health. 2021 Dec 15;18(24):13216.

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