
La fatiga es uno de los síntomas más importantes para los pacientes con Artritis Reumatoide y conlleva una gran carga para éstos reduciendo la calidad de vida de forma significativa. Afecta a alrededor del 40%-80% de estos pacientes definiéndose como grave en aproximadamente la mitad de los casos. Los pacientes que experimentan fatiga la definen como abrumadora, impredecible, extrema y que no alivia con el sueño.
Históricamente se ha considerado que la fatiga es una manifestación extraarticular de la Artritis Reumatoide y que está en relación con la actividad de la enfermedad. Hallazgos recientes respaldan que es multifactorial y que involucra a factores como la discapacidad, el bienestar psicológico, el apoyo social y la evaluación general de la salud por parte del paciente.
Medir el grado de fatiga es un gran desafío ya que está en estrecha relación con factores subjetivos, propio de cada individuo, en los que afecta directamente las emociones.
Se han publicado los resultados de una revisión en la que se investiga el papel de la fatiga en la Artritis Reumatoide.
Los investigadores sostienen que la fatiga de la Artritis Reumatoide tiene un impacto negativo significativo en la capacidad de los pacientes para realizar su autocuidado diario y tareas sociales relevantes en detrimento del bienestar físico y mental o emocional y la satisfacción personal. Como consecuencia los pacientes con fatiga experimentan altos niveles de estrés.
Una de las consecuencias más importantes de la fatiga en la Artritis Reumatoide es la discapacidad laboral. De hecho, los pacientes han identificado este síntoma como la principal barrera para el empleo con una reducción de la productividad lo que ha sido ampliamente demostrado por la investigación.
La fatiga afecta de forma significativa a la evaluación de la enfermedad. Incluso en pacientes en remisión de la enfermedad, es decir en buen control del proceso inflamatorio, se ha demostrado que la fatiga puede persistir y los pacientes NO percibirán resultados clínicos favorables, es decir, que considerarán que el tratamiento no les funciona.
Para la valoración de impacto de la fatiga, y dada su naturaleza multifactorial, se deberán medir dominios que supongan impactos significativos para los pacientes, como por ejemplo dolor, discapacidad funcional, trastornos del sueño, etc. De tal forma que la intervención y tratamiento de estos dominios puedan reducir significativamente la fatiga.
Los investigadores de esta revisión concluyen que la fatiga es, sin lugar a dudas, de gran importancia para los pacientes con Artritis Reumatoide y por lo tanto es uno de los objetivos del tratamiento. La fatiga deberá medirse de forma regular durante las visitas al reumatólogo con herramientas que valoren los diferentes factores que tengan influencia.
En mi caso el dolor esta siendo más llevadero que la fatiga. Eso me preocupa, porque me afecta en mi vida cotidiana. Hay días que me supone un gran esfuerzo terminar mi jornada, laboral y en cuanto a mis ratos de esparcimiento me limita mucho a la hora de hacer caminatas o excursiones por la montaña que me encantan, pero pienso que no debemos desanimarnos y adaptarnos a nuestras circunstancias sin dejar de hacer ejercicio y todo aquello que nos guste. Aunque tengamos que adaptar algunas actividades. ÁNIMO!!!!