Un estudio aprobado para su publicación en la revista Medicina Clínica incide en la problemática del elevado número de personas con EPOC que no han sido diagnosticadas y apunta a medidas para que el diagnóstico sea más efectivo.
La enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) es la tercera causa de mortalidad y la responsable de una importante carga de enfermedad a nivel mundial. Sin embargo hay estudios que llegan a cifrar en un 80% el número de pacientes no diagnosticados. El problema de esta situación, que en ocasiones se evidencia cuando únicamente se diagnostica la enfermedad tras el primer ingreso hospitalario por una exacerbación, es que para establecer estrategias de diagnóstico más efectivas, se deberían concentrar los esfuerzos sobre grupos de riesgo con objeto de garantizar el coste-eficacia de estas medidas. Los casos de EPOC que pueden diagnosticarse a través de campañas indiscriminadas en la población general suelen ser de tipo leve. Por otra parte se ha sugerido que los pacientes con algún factor de riesgo cardiovascular pueden compartir factores de riesgo para la EPOC y presentar otras enfermedades que faciliten su contacto con el sistema sanitario.
Para este estudio se tomó una muestra aleatoria pero proporcional al número de personas atendidas en consultas de atención primaria de las comarcas de Lleida en un año. Se seleccionaron aquellas personas entre 50 y 65 años con al menos un factor de riesgo cardiovascular (hipertensión arterial, dislipidemia, obesidad, tabaquismo, antecedentes familiares de primer grado de enfermedad cardiovascular prematura) y que no tenían diagnóstico de enfermedad cardiovascular, diabetes, cáncer o enfermedad renal crónica. Para cada paciente se registraron variables de interés y, en los enfermos con espirometría compatible con EPOC, si tenían o no registrado el diagnóstico en su historia clínica informatizada.
De los 2.295 pacientes analizados, 333 o un 14,5% tenían EPOC y 244 no tenían diagnóstico previo, lo que implicaba un infradiagnóstico del 73,3%, La proporción de personas no diagnosticadas previamente era mayor en mujeres, no fumadores y EPOC leves.
Los autores concluyen el estudio indicando que la prevalencia de infradiagnóstico de EPOC en población con al menos un factor de riesgo cardiovascular es muy alto. Se tendría que aprovechar el contacto con el sistema sanitario de las personas entre 50 y 65 años con algún factor de riesgo cardiovascular para solicitarles una espirometría y descartar la EPOC, independientemente de su motivo de consulta, especialmente en mujeres nunca fumadoras.