Efectos adversos a medicamentos
Todos los medicamentos tienen beneficios y riesgos. Pide información a tu médico de aquello que puedes esperar cuando inicies un nuevo tratamiento para tu Parkinson.
Conocer los posibles efectos adversos, reducir el riesgo de aparición y saber cómo actuar te dará tranquilidad para cumplir con la toma de medicación para tu Parkinson. No olvides que puedes notificar los efectos adversos para mejorar la seguridad de todos.
¿Qué son los efectos secundarios o adversos a un medicamento?
Se denomina efecto secundario o adverso a cualquier efecto no deseado o no buscado que se presenta cuando se administra un medicamento. Secundarios hace referencia al hecho de que en algunos casos pueden ser positivos al mejorar alguna otra dolencia del paciente, pero en muchos son negativos generando molestias o malestar (por ejemplo, dolor de estómago) o riesgo grave para la salud (como daño hepático). Es correcto pensar que la mayoría de los fármacos produce varios efectos. Sin embargo, el médico pretende que el paciente experimente sólo uno (o algunos) de ellos. Los demás efectos se pueden calificar como no deseados.
Un efecto adverso será cualquier suceso médico indeseable que puede presentarse durante cualquier tratamiento con un medicamento, pero que no tiene necesariamente relación causal con el mismo. Como, por ejemplo, interacciones de un medicamento con alcohol o alimentos.
La Organización Mundial de la Salud define una Reacción Adversa a un Medicamento (RAM) como “cualquier reacción nociva no intencionada que aparece a dosis normalmente usadas en el ser humano para profilaxis, diagnóstico o tratamiento o para modificar funciones fisiológicas”.
¿Cuáles son los tipos de efectos adversos?
Los efectos adversos o reacciones adversas a medicamentos se pueden producir por diversas causas:
• Farmacológicas: Son causas conocidas y en general, predecibles, relativamente frecuentes y rara vez fatales que en muchas ocasiones se asocian a la dosis.
• Alérgicas: Son impredecibles por su carácter individual e infrecuentes, pero en algunos casos pueden ser graves y poner en riesgo la vida del paciente. No se asocian a la dosis.
• Interacciones: Son reacciones que pueden hacer cambiar el efecto del medicamento (o de dos, si es una interacción entre medicamentos).
Al valorar los efectos adversos también debe considerarse la intensidad de las reacciones. No existe una escala universal para determinar la gravedad, por lo que la valoración es subjetiva.
Los leves (que afectan a la calidad de vida con dolor, fatiga, malestar, etc) y los moderados (leves que el paciente considera claramente molestas, dolorosas o intolerables) no tienen que implicar retirada del medicamento, pero deben comentarse con el médico. Informado el médico, éste puede reevaluar dosis, frecuencia de administración, horario, alternativas para mitigar el efecto adverso, etc. Informar es importante porque una medicación sin efectos adversos facilita seguir el tratamiento y por tanto, obtener el beneficio deseado.
Reacciones graves, entre ellas las que implican riesgo de muerte o aquellas que causan hospitalización o incapacidad persistente, requieren acudir de urgencias. En la mayoría de las ocasiones, siempre que el riesgo supere el beneficio, el médico decidirá la suspensión de la medicación y la búsqueda de alternativas.
¿Todos los medicamentos tienen efectos adversos?
Todos los medicamentos tienen beneficios y riesgos. El riesgo de los medicamentos es que un efecto adverso indeseable y/o inesperado se produzca mientras lo tomas. Debemos tener siempre presente que son sustancias ajenas al organismo y qué como individuos únicos que somos, cada paciente puede responder de manera diferente al mismo medicamento.
Todo tipo de medicamento, los fármacos prescritos por un médico, los dispensados sin receta en la farmacia, las vitaminas y suplementos, productos naturales y hierbas medicinales pueden tener efectos secundarios o adversos. Por ello, es importante compartir con el médico todas las medicinas que tomamos y no auto-medicarnos, principalmente si sufrimos una enfermedad crónica. Pregunta y conoce los posibles efectos adversos de tus medicaciones.
Muchos de los posibles efectos adversos son conocidos antes de lanzar un fármaco al mercado a través de los Ensayos Clínicos. La EMEA (Agencia Europea de medicamentos) evalúa y aprueba los fármacos. El prospecto, que encontraremos dentro del envase de venta, proporciona toda la información. Pero hay efectos adversos que se descubren cuando el medicamento ya está siendo utilizado gracias a los sistemas de farmacovigilancia en cada país. En España tanto médicos como pacientes pueden notificar efectos adversos. A continuación te ofrecemos enlace al formulario de notificación de Reacciones Adversas de la Agencia Española de medicamentos por si necesitas notificar algún efecto adverso.
¿Por qué los medicamentos producen efectos adversos?
Todos los medicamentos son sustancias ajenas al organismo. Cuando tomamos un medicamento este circula por nuestro organismo, acumulándose en la sangre por más o menos tiempo, hasta que finalmente es eliminado. Durante este tiempo el medicamento va a actuar en sitios muy distintos. Cada persona, por su historial médico o por factores genéticos, puede responder de manera diferente.
La mayoría de los efectos secundarios o adversos suelen aparecer al introducir por primera vez un medicamento o bien al aumentar la dosis del mismo. Cuando empieces a tomar un nuevo medicamento, ya sea de receta o no, asegúrate bien de entender cómo tomarlo correctamente para reducir el riesgo de efectos adversos. Piensa que muchos efectos adversos se producen por tomar otros medicamentos o alimentos que podemos evitar. Pregunta a tu médico o farmacéutico para reducir riesgos y poder avanzarte actuando rápidamente en caso de padecerlos.
¿Cómo puedo conocer los posibles efectos adversos de los medicamentos?
Antes de llegar al mercado todos los fármacos han realizado ensayos clínicos que confirman que los beneficios superan a los riesgos. A nivel europeo, la EMEA (Agencia Europea de medicamentos) evalúa y aprueba todos los fármacos. Toda la información relevante, incluida la de seguridad, se edita en un prospecto que se incluye en el envase de venta del fármaco. Es importante que no te obsesiones por todos los posibles efectos adversos raros. En cualquier caso, pregunta al médico y/o farmacéutico aquello que te preocupa.
Sin embargo, no todo se conoce cuando el fármaco es comercializado, por ello existe en todos los países un sistema de vigilancia de reacciones adversas. En España, este sistema se denomina Sistema Español de Farmacovigilancia de medicamentos de uso Humano (SEFV-H). Tiene como objetivo principal reunir los casos de sospecha de Reacciones Adversas a Medicamentos, que identifican los profesionales sanitarios o los ciudadanos. En cada Comunidad Autónoma existe un centro de farmacovigilancia. Tanto médicos o farmacéuticos, como cualquier ciudadano, pueden notificar una reacción adversa a un medicamento a través del Formulario electrónico de notificación. La información servirá para un mejor conocimiento del medicamento, que contribuirá a que los medicamentos se utilicen de forma segura y servirá para posibles actualizaciones del prospecto. No olvides que preguntar a tu médico y/o farmacéutico es la mejor forma de conocer y prevenir efectos secundarios adversos.
¿Qué son las interacciones farmacológicas?
Las interacciones son las reacciones que pueden hacer cambiar el efecto del medicamento. La interacción de dos fármacos puede ser sinérgica (se incremente el efecto) o antagónica (disminuye el efecto). Sin embargo, las interacciones también pueden ocurrir por:
• Dos medicamentos, como aspirina y anticoagulantes.
• Medicamentos y alimentos, ginseng con aspirina o AINEs.
• Medicamentos y suplementos, melatonina y sedantes.
• Medicamentos y enfermedades, aspirina y úlceras pépticas.
Es importante mantener informado a nuestro médico de qué medicamentos sin recetas, suplementos, vitaminas o hierbas medicinales estamos consumiendo antes de iniciar un nuevo tratamiento. Averiguar qué otros medicamentos o remedios hay que evitar, preguntar a nuestro médico o farmacéutico cuál es la mejor forma de evitar interacciones.
¿Cómo reducir el riesgo de tener un efecto adverso?
Es fundamental entender cómo tomar correctamente un tratamiento antes de empezar a tomar un nuevo medicamento. Es en el momento de iniciar un tratamiento o al aumentar la dosis cuando se manifiestan muchos de los efectos adversos. Averiguar las posibles interacciones con otros medicamentos, alimentos o suplementos para evitarlos es una manera de prevenir las reacciones adversas.
Conocer nuestra medicación es otra forma de evitar posibles reacciones adversas. Por ello, preguntar a nuestro médico sirve para identificar más rápidamente posibles efectos adversos y mejorar nuestra respuesta ante ellos. Posibles preguntas son: ¿para qué sirve este nuevo medicamento? ¿puedo tener algún efecto secundario cuando empiece a tomarlo? ¿debería tener alguna precaución especial? ¿puedo tomarlo junto a otros medicamentos o alimentos? ¿qué debo hacer si tengo algún efecto secundario tomando este nuevo medicamento?
En España el Estudio Nacional de Efectos Adversos (Eneas) del 2005 apuntaba que en torno al 9% de pacientes que ingresaban en un hospital sufría un evento adverso, de ellos una tercera parte eran por reacciones adversas a medicamentos. Cerca de la mitad de ese 9% de efectos adversos se consideraron evitables. En consecuencia, es importante prevenir posibles errores que puedan producirse en el hospital, en la consulta del médico o en la farmacia:
• Conocer todas las medicaciones que tomamos (incluyendo las no recetadas por nuestro médico, de venta sin receta, así como suplementos o vitaminas). Tener una lista con el nombre, cuánto y cuándo se toma. Llevar la lista a todas las visitas médicas.
• Tomar las medicinas estrictamente como nos las han prescrito.
• Leer y seguir las instrucciones de los prospectos de los medicamentos.
• Llevar un registro de efectos adversos para advertir y prevenir a diferentes médicos. Esto es muy útil para pacientes que reciben varios medicamentos para diferentes enfermedades, muchas veces recetados por diferentes médicos.
• Preguntar a nuestro médico y/o farmacéutico si tenemos alguna duda. Por ejemplo, si mejoramos el estilo de vida, ejercicio o dieta, puede requerir ajustar la medicación que tomamos.
¿Qué debo hacer si tengo un efecto adverso?
Cuando notes algo no deseado que puedas relacionar con el medicamento que se te ha prescrito, ponte en contacto con tu médico. Si las molestias son importantes acude al servicio de urgencias de tu hospital de referencia. Nunca suprimas el medicamento de una forma brusca sin consultar antes con tu médico.
Conocer el medicamento que estas tomando ayudará a tomar medidas. Si tienes dudas de si puedes estar ante un posible efecto adverso, recuerda que el primer paso está en revisar el prospecto del medicamento. Muchos de los efectos adversos y cómo manejarlos, figuran en el prospecto. Si esto no te resuelve tu preocupación, habla con tu médico o farmacéutico.
Los médicos y farmacéuticos están obligados a notificar nuevos efectos adversos reportados por sus pacientes. De igual forma, cualquier ciudadano puede notificar una reacción adversa a un medicamento. En cada Comunidad Autónoma existe un centro de farmacovigilancia que se integra dentro del Sistema Español de Farmacovigilancia de medicamentos de uso Humano (SEFV-H).La información servirá para un mejor conocimiento del medicamento y servirá para futuras actualizaciones del prospecto.
¿Qué actitud debo tomar cuando inicio un nuevo tratamiento?
Antes de dejar la consulta, asegúrate de haber entendido bien los cambios en tu tratamiento. Si te ha prescrito un nuevo medicamento, pide información de aquello que puedes esperar cuándo inicies el tratamiento. Recuerda que conocer qué posibles síntomas puedes notar ayudará a identificarlos y te permitirá reaccionar con mayor rapidez.
El prospecto te proporciona mucha información de interés. No te obsesiones con todo el detalle de los posibles efectos adversos que se citen. Si algún efecto grave te preocupa, habla con tu médico del riesgo-beneficio de iniciar ese tratamiento. Si hay algún aspecto que te preocupe no salgas de la consulta sin preguntar a tu médico. Preguntar es natural y el médico lo entiende.
Las posibles preguntas pueden ser: ¿para qué sirve este nuevo medicamento? ¿puedo tener algún efecto secundario cuando empiece a tomarlo? ¿debería tener alguna precaución especial? ¿puedo tomarlo junto a otros medicamentos o alimentos? ¿qué debo hacer si tengo algún efecto secundario tomando este nuevo medicamento?
Dentro de los Recursos que proporciona in-pacient.es a los miembros de la Comunidad existe la Guía de preparación de una visita al médico que te ayudará a comprender y gestionar mejor tu enfermedad y los tratamientos.