Síntomas del Parkinson
La naturaleza y gravedad de los síntomas, así como la progresión de los mismos a lo largo del tiempo, varía de una persona a otra. No hay ningún factor que nos permita predecir su curso en una persona determinada. Por este motivo el tratamiento deberá ser personalizado, según cada individuo.
La enfermedad de Parkinson se caracteriza por la presencia de síntomas motores y síntomas no motores.
Es muy poco probable que un paciente con un diagnóstico reciente de enfermedad de Parkinson presente o desarrolle todos los síntomas que aquí se exponen.
Síntomas motores: síntomas principales
Temblor o sacudidas en reposo.
Por lo general más pronunciado en un lado del cuerpo (sacudidas involuntarias de las manos, los pies, los brazos, las piernas, la mandíbula o la lengua), y por lo general más evidente en reposo, es decir aparece cuando el paciente no está realizando ningún movimiento voluntario y de repente una parte de su cuerpo tiembla. Este temblor puede mejorar o desaparecer cuando se realiza alguna actividad y puede aumentar en situaciones de estrés. Entre el 70-100% de las personas con enfermedad de Parkinson presentan temblor pero en la gran mayoría, no supone una discapacidad.
Lentitud del movimiento, llamado bradiquinesia.
Entre el 70-100% de las personas con enfermedad de Parkinson sufren ralentización de los movimientos, es decir, éstos se hacen más lentos. Puede presentar dificultad en realizar un movimiento que se evidencia con reducción de la amplitud de los gestos o bien tener problemas en realizar movimientos de cierta precisión como atarse los cordones de los zapatos, cortar la comida, abrocharse los botones, coser, escritura apretada con letra pequeña, llamada micrografía.
Rigidez o cambios en el tono muscular asociado a un aumento de la resistencia de los brazos, las piernas o el tronco. Se le denomina «rigidez en rueda dentada» ya que hace movimientos cortos con paradas secas como cuando movemos una rueda dentada.
La rigidez puede ser responsable que los músculos duelan y se fatiguen con facilidad. Más del 90% de las personas con Parkinson presentan dicha rigidez.
Se refleja como reducción del balanceo de los brazos al caminar, principalmente del lado afectado. Marcha usando pasitos cortos y arrastrando los pies. Pueden arrastrar de un solo lado, dando lugar a un paseo aleatorio.
Pérdida de la expresión de la cara, debido a la rigidez de los músculos faciales, llamado hipomimia.
Dificultad del equilibrio, problemas en la marcha y caídas.
También llamada inestabilidad postural (tendencia a caer sin explicación alguna). La inestabilidad generalmente aparece más tarde con la progresión de la enfermedad y puede no estar presente en el diagnóstico.
En la enfermedad más avanzada el enfermo de Parkinson tiende a tomar una posición al andar con el tronco hacia delante o incluso que se decanta por un lado lo que lleva a un desequilibrio y posibles caídas.
Síntomas no motores
Trastornos del sueño
- Alteraciones del sueño: insomnio o somnolencia excesiva.
- Trastornos del comportamiento durante el sueño, movimientos involuntarios activos y vocalizaciones durante el sueño, síndrome de las piernas inquietas (movimientos periódicos de las piernas).
Falta de atención, problemas visuales y espaciales, problemas de memoria.
Trastornos neuropsiquiátricos
- Depresión, ansiedad, irritabilidad, más allá de la respuesta normal al estrés.
- Cambios de personalidad, psicosis y alucinaciones.
La depresión es un problema frecuente en las personas con Parkinson y según algunos estudios, afecta al 20% de los pacientes. En un estudio recién publicado en la revista Journal of Parkinson Disease (Bega D et al. Jul 2014), se analizan más de 7.000 pacientes incluidos en la base de datos de la National Parkinson Foundation norteamericana.
El estudio confirma la alta prevalencia de síntomas depresivos en personas con Parkinson: hasta un 23% de los pacientes. De ellos, prácticamente la mitad (46%) no estaban siendo tratados ni habían sido diagnosticados. Otro dato relevante analizado, es que a pesar de estar recibiendo fármacos antidepresivos, el 54% de los pacientes con síntomas depresivos no estaban bien controlados. Este estudio demuestra la relevancia de la depresión en esta enfermedad, y la dificultad que tienen los médicos para reconocer y diagnosticar este problema.
Otros:
- Bajo volumen de voz o sonidos distorsionados, llamado hipofonía. Habla débil y timbre apagado.
- Disminución de la capacidad de los reflejos automáticos, como parpadear y tragar.
- Babeo debido a que tragan muy lento la saliva (sialorrea).
- Pérdida del sentido del olfato (anosmia).
- Estreñimiento y saciedad precoz (sensación de saciedad después de comer pequeñas cantidades).
- Trastornos sensoriales: dolor, opresión, sensación de hormigueo, ardor.
- Seborrea: aumento de caspa, piel grasa y escamosa.
- Hipotensión ortostática (presión arterial baja y mareo al levantarse).
- Hiperhidrosis (sudoración excesiva), especialmente en manos y pies.
- Urgencia urinaria.
Fluctuaciones Motoras
Casi la mitad de los pacientes con enfermedad de Parkinson desarrollan fluctuaciones motoras después de un período de tiempo en tratamiento con levodopa (entre 4-6 años después de inicio del tratamiento). Aparentemente estas fluctuaciones se producen por la disminución de la respuesta a la medicación (asiduamente llamada respuesta subóptima, es decir, por debajo de lo que esperamos).
Estas fluctuaciones motoras, o cambios en la respuesta a los fármacos dopaminérgicos se manifiestan mediante episodios en los que reaparecen los síntomas de la enfermedad.
De esta forma podemos definir períodos “on” en los que la función motora es normal y períodos “off” en los que aparecen los síntomas motores propios de la enfermedad y también pueden aparecer movimientos hipercinéticos involuntarios (discinesias)
Existen diferentes tipos de fluctuaciones motoras que tienen relación temporal con la dosis.
Cabe destacar además de los períodos “on-off” expuestos, el fenómeno “wearing-off” o “deterioro de fin de dosis”, en el que los síntomas de la enfermedad de Parkinson reaparecen antes de recibir la dosis siguiente del fármaco. Con este último tipo de fluctuaciones el paciente se convierte en dosis-dependiente y requiere de un aumento en la frecuencia de la dosis con intervalos más cortos.
Además de los períodos “off” predecibles al final de la dosis, porque la dosis de fármaco no cubre lo suficiente, algunos pacientes experimentan períodos impredecibles. Éstos últimos aparecen de forma repentina y pueden provocar “períodos de congelación” en los que la actividad voluntaria que se está realizando, queda bloqueada o interrumpida de forma inminente y que pueden durar de segundos a minutos.
Estos bloqueos, al inicio de la marcha, se manifiestan por la intención pero imposibilidad de iniciar la marcha, los pies quedan unidos al suelo sin poderlos levantar, vacilante, con ligeros movimientos en las piernas generados por intentos fallidos una y otra vez de levantar los pies del suelo.
En otros casos los pacientes notan un retraso en la aparición de los efectos del medicamento que se acaban de tomar (retraso de aparición del período “on”) o incluso puede que el efecto no aparezca, lo que lleva a un fracaso de la dosis. Este tipo de fluctuaciones motoras se producen por la disminución de la absorción intestinal de la levodopa, debido a que ésta compite con la proteína de la dieta o bien porque existe un enlentecimiento del vaciamiento gástrico por problemas de la propia enfermedad y la levodopa se degrada en el estómago sin oportunidad de ser absorbida en el intestino delgado.
Otro tipo de fluctuaciones motoras son las discinesias, que son movimientos involuntarios hipercinéticos (movimientos rápidos como temblores) totalmente involuntarios, en ocasiones llamados “tics” (movimiento de masticación repetida o síndrome de piernas inquietas). Estas disquinesias se relacionan con la medicación y suelen aparecer cuando los fármacos dopaminérgicos alcanzan los niveles máximos, aunque en ocasiones aparecen durante todo el período “on”
Los factores de riesgo de las fluctuaciones motoras son:
- Enfermedad de Parkinson de larga evolución o de mayor gravedad.
- El uso de dosis altas de levodopa, el tratamiento de larga duración.
- Inicio de la enfermedad a edades tempranas