La Artritis Reumatoide es una enfermedad sistémica autoinmune caracterizada por inflamación crónica de las articulaciones que puede llevar a la discapacidad y reducir la calidad de vida de estos pacientes.
La fatiga es un síntoma común que puede llegar a afectar entre el 40% y el 80% de las personas con Artritis Reumatoide. Este rango tan amplio es debido a las diferentes definiciones y escalas utilizadas para evaluar la fatiga.
La fatiga es un síntoma molesto en las personas con Artritis Reumatoide que es percibido como abrumador, incontrolable, diferente del cansancio e imprevisible. En la literatura científica aún no hay consenso sobre una definición estándar para la fatiga relacionada con la Artritis Reumatoide, probablemente por lagunas de conocimiento sobre su origen. La fatiga afecta a diferentes aspectos físicos, cognitivos y emocionales de la vida diaria en personas con Artritis Reumatoide.
El tratamiento utilizado para el control de la Artritis Reumatoide ha avanzado sustancialmente por la aparición de fármacos biológicos. Sin embargo, aunque han demostrado una alta selectividad y eficacia, existe escasa evidencia sobre su efecto sobre la fatiga de la Artritis Reumatoide. Por este motivo, se llega a la conclusión de que la fatiga de la Artritis Reumatoide es compleja y está influenciada por varios factores que van más allá de la actividad de la enfermedad articular.
Existe un concepto general para caracterizar a las personas con Artritis Reumatoide en los que la actividad de la enfermedad persiste a pesar del uso de varios fármacos, se denomina “Artritis difícil de tratar”. Este subgrupo de pacientes oscila entre el 3% y el 20% dependiendo de la publicación analizada. La Artritis Reumatoide difícil de tratar abarca, no sólo la enfermedad inflamatoria no controlada, sino también factores más amplios como el dolor crónico, la fatiga, otras enfermedades asociadas, infecciones, etc. que limitan la eficacia del tratamiento.
Un nuevo estudio ha investigado el papel de la fatiga en la “Artritis Reumatoide difícil de tratar”.
Los investigadores de este nuevo estudio concluyen que la fatiga parece ser un factor significativo que influye en los resultados de los pacientes con «Artritis Reumatoide difícil de tratar», a pesar de no figurar en su definición.
En resumen, la fatiga es un síntoma común en personas con Artritis Reumatoide, incluso aquellos con enfermedad estable y bien controlada. Un nivel elevado de fatiga puede ser factor importante para el desarrollo de una “Artritis Reumatoide difícil de tratar”.
Por lo tanto, y dado que la fatiga es un síntoma complejo y subjetivo para las personas con Artritis Reumatoide, la gestión de la fatiga debe incluir la identificación en todas las dimensiones. Además del tratamiento estándar de la Artritis Reumatoide, las intervenciones no farmacológicas, los programas educativos y las técnicas de autogestión para la regulación del estado de ánimo y mejora del sueño, podrían mejorar la fatiga en estos pacientes.
Este estudio destaca que la fatiga parece ser mucho más importante que otros factores para el desarrollo de una Artritis Reumatoide difícil de tratar. Por lo tanto, el control y gestión de la fatiga, abordando todas sus dimensiones, debe implementarse como parte de la atención clínica estándar.
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