La Esclerosis Múltiple (EM) se caracteriza por una amplia gama de signos y síntomas, tales como fatiga, dolor, espasticidad, disfunción de la vejiga, disfunción sexual, depresión/ansiedad y disfunción cognitiva que resultan del daño neuronal progresivo. Incluso en personas jóvenes (≤ a 35 años) y con una historia corta de la enfermedad la EM puede presentar un amplio abanico de síntomas.
Son de importancia crítica los efectos y las consecuencias de los síntomas de la enfermedad sobre la actividad diaria, el trabajo, los estudios, las relaciones sociales, etc. La carga de los síntomas tiene un impacto negativo sobre el bienestar y la calidad de vida y es especialmente importante en jóvenes.
Los datos sobre la frecuencia de los síntomas son independientes de la cantidad de años del curso de la enfermedad. La intensidad de los síntomas empeora con el tiempo .
Gracias a la participación activa de los miembros de la Comunidad de in-pacient.es, vemos que a pesar de la disponibilidad de tratamientos modificadores de la enfermedad y de tratamientos sintomáticos, 2 de cada 3 pacientes con EM se ven afectados aún por la fatiga siendo ésta uno de los problemas más constantes en los pacientes.
La fatiga o cansancio, es la falta de energía física, energía mental o ambas. Todo el mundo tiene días con poca energía. Y todo el mundo conoce lo que es estar con el ánimo por los suelos y no tener ganas de hacer nada.
La fatiga puede llegar a interrumpir la vida laboral y social, dificultando la realización de las actividades diarias lo que supone un deterioro en la calidad de vida de las personas con EM. Puede ser uno de los síntomas que motivan la falta de cumplimiento de la medicación.
La gestión clínica de los síntomas de la EM sigue siendo un reto y una necesidad no satisfecha, principalmente el control de los síntomas debilitantes como la fatiga.
Las personas con EM deben consultar con su médico si la fatiga se convierte en un problema cotidiano. Éste deberá realizar una evaluación integral para identificar los diferentes factores que contribuyen a la fatiga y desarrollar un enfoque adecuado a las necesidades del individuo. No siempre la fatiga se debe a la EM. Existen otros factores que también contribuyen a su presentación como: el calor, una infección, un resfriado, trastornos del sueño, la depresión/ansiedad, el estrés, situaciones de conflicto, algunos tratamientos, etc.
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